lunes, 28 de octubre de 2013

Entrada sin nombre.

Qué feo cuando alguien que no te ve hace tiempo te encuentra y lo primero que te dice es: ¨qué mal te veo¨ ó ¨estás destruida!¨ ó ¨qué mal te pegó la maternidad¨ ó ¨te falta un poco de sol!¨
Bueh... eso me paso ayer, y no por primera vez.
No digo que no sea cierto, que el trabajo diario y la poca dedicación hacia mi persona hagan que me vea así: con ojeras, cara de agotada, etc.
Pero creo que lo peor de todo, es esa gente que sabiendo lo complicada que puede ser mi vida diaria, hace esos comentarios... que no edifican en absoluto... en fin.

Juan está bien.
Hace un par de semanas vino a casa el odontólogo y le extrajo los 4 dientes de leche que tenía flojos. La verdad es que Juan se portó de diez, y gracias a Dios no sintió dolor y fue más rápido y fácil de lo que yo pensaba. Esto sirvió para aliviar un poco su boca, dar lugar a los dientes definitivos y esperar la dirección que van a tomar cuando corten.
También la semana pasada nos visitó el técnico de la ortopedia, que trajo otra silla para probar ( la tercera) y coincidimos en que es la adecuada. Es muy linda y se lo ve cómodo sentado ahí. Es una silla italiana, y eso dificulta un poco las cosas, porque todavía siguen en el país los problemas para ingresar productos desde el exterior. Pero esperamos que pronto Juan pueda tenerla. (  En este enlace pueden ver la silla )

Otra vez estoy en busca de una enfermera... qué tema tan horrible. Pero además de necesitar ayuda porque no doy más sola, en febrero Sebastián comienza el jardín de infantes y voy a necesitar que alguien cuide a Juan mientras llevo y busco a su hermano. Pero de solo pensarlo, me agoto.

Volviendo al tema del principio...
No elegí esta vida, pero si elegí cómo vivirla.
Nada más que agregar.