lunes, 28 de septiembre de 2009

Otra vez Septiembre...

De ¨El diario de tu vida¨ 18 de septiembre de 2009

¨A las 7:30 hs. de la mañana llamé a emergencias, porque no te veía bien. Vinieron, les conté que estabas con neumonía, pero que te notaba extraño, como desmayado y que necesitabas más oxígeno. El médico te revisó y dijo que tenías buena entrada de aire, que estabas cansado por la fiebre. No quiso trasladarte y se fue... No me conformé con esta respuesta y llamé al neurólogo. Le conté lo que te pasaba, le dije que no tenías ni siquiera convulsiones y que te veía sin respuesta a estímulos. El me dijo que tenía que llevarte urgente al Sanatorio para que te hagan un análisis de sangre, porque probablemente estabas reteniendo CO2 y eso no era bueno.
Así fue que después de muchas vueltas llegó a casa otra ambulancia y te trasladamos al Sanatorio, donde estás ahora.
Llegaste casi sin respirar, te llevaron a terapia intensiva, y te pusieron en respirador. Sí, otra vez. Te colocaron una vía central para pasarte medicación y una vía arterial para poder sacarte sangre por ahí y medir la tensión arterial. También una sonda vesical, porque como estás sedado no haces pis sólo.
Otra vez lleno de cables, un poco hinchado, pálido, frío. Ya pasaste por ésto, ya sabés lo que es.
Lo que dejé en claro cuando llegamos es que no quiero que sufras. A veces como vos no te expresas como lo hacen los demás, la gente piensa que no sentís, y eso me pone loca! Claro que sentís! claro que tenés dolor, pero no podés decirlo, no podés patalear, llorar, etc. Pero sentís.

Hay muchos orando por vos!
Esta mañana recordé un versículo y le pedí a Adela que me lo busque y me lo mande por mensaje, y dice así:
¨He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre.
Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es él, por tanto en él se alegrará nuestro corazón, porque en su Santo nombre hemos confiado.¨ Salmo 33: 18-21

Si bien no entiendo por qué ( una vez más) se que ésto tampoco escapa al plan perfecto de Dios. Y eso me da paz.
Te sigo, Juan.
Mamá.¨



Una vez más me encontré en esta situación de no saber qué va a pasar, de no entender el por qué, de preguntarle a Dios qué era todo ésto y por qué justo ahora!
Fue en este momento donde pude volver a empezar...
Renovar mi fe. Descansar en El.
No niego la angustia que pasé al ver a Juan así. Nunca me voy a acostumbrar a éstas cosas, no. Esto no se discute.

Mi príncipe se recuperó, asombrando a muchos! como lo hace siempre!
En tres días le sacaron el respirador y el oxígeno, y volvió a sonreir.
Volvimos a casa después de una semana.
Qué alegría tenerlo en casa! no puedo explicarlo.
Todo está en su lugar .

En cuanto a qué es lo que viene, no lo se, no puedo saberlo. Pero una vez entendí que si entrego a Juan en manos de Dios, no tengo que preocuparme por el futuro. Y así lo creo.
No tengo miedo.
Dios está en el control!

2 comentarios:

  1. Qué bueno,Luci, que lo tengas claro. Dios te recompensa por tu fe, no lo dudo. Claro que podés estar angustiada o nerviosa, Dios no se olvida de nuestra condición. Y así, nos da paz. Es la única manera de vivir y transitar los problemas o lo que nos pasa. La paz de Dios es increíble! Besos a todos. Más a Juanet!:)

    ResponderEliminar
  2. Hola Luciana!
    Gracias por tu comentario en mi Blog. Que bueno leerte confiando en el Señor. Yo estoy tomando este curso acelerado : ) Comparto tu "no te cambio por nada", porque el Señor hace todo bien y es hermoso cuando poder vivirlo.
    Un abrazo grande para vos y otro para Juan. Qué alegría que ya está en casa!!

    Marilina

    ResponderEliminar